jueves, 22 de julio de 2010

Yo te invitaría a bialar a mi luna de queso. Si preferís, viajamos en mi nube de soda cáutica pero aguantá la respiración (no más de 5 nanosegundos, ojo), a flipar en mi viento norte, a ensuciarnos con mi tierra árida.
Yo quisiera que disfrutes del ritual de mis amargos, zambulléndote de lleno en su verde espuma para ser parte de la mística de la que te hablo.
Sería mucho pedir que me regales un día a tu lado. Teniendo tan poco por hacer, tan despreocupado vas que ignorás una limosna, un ápice de tu tiempo malgastado.
Es que nada se me antoja tanto como un breve a tu lado, mis manos en las tuyas.
-Mezcla de protagonistas, clarobscuro de decisiones-
"And so today my world smiles, your hand in mine, we walk the miles."

Puedo ver todo tan cercano.. Quiero tocarlo, sentirlo de cerca pero no lo logro. Sin embargo, hay algo punzante que en mí: señal que no puedo interpretar.
Tengo una pelusa de bolsillo, un disco berreta, un sentir bastardo, los ojos cansados y el pecho oprimido. Intenté decir que NO ES UN CAPRICHO y hasta suena a verdadero.
Todo eso que propuse, todo eso que traté de ofrecer no es mucho ni es caro, pero te aseguro que no está a tu alcance. No lo comprás, no lo podés imaginar y esta última la mayor antipoesía que podés transitar en tu vida: perder las ganas de fabular y embelesarte con las mentiras que creás para entretener a tu mente mientras tendrías que caerte adoquín por adoquín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario