no voy a permitir que se desgaste, no voy a permitirlo.
nadie puede borrarte del mundo.
nada puede débil ni desvanecerte.
no vas a esfumarte, ni permitir que tu cuerpo se lo lleve el viento
como a una hoja seca que puede quebrarse de una sola pisada.
no vas a alejarte, no lo harás.
no habrá alguien que te reemplace si decides - o deciden- que te marches.
mi voluntad será volcada en tí.
mis últimas fuerzas, las pocas que queden.
mi sangre, si tuviera que derramarse, sería toda tuya y con un fin.
mis lágrimas valdrán la pena.
mi sudor será consecuencia de lucha.
no va ser fácil, ni agradable pero no voy a bajar los brazos.
bajar los brazos no es factible esta vez.
ni resignarme sin luchar, ni luchar sin sentir.
hay alguien que vale la pena, que es el punto común de la felicidad y la armonía de esta casa.
que demostró -y demuestra- que una discapacidad no es un impedimento para ser ejemplo de un alma, mente y espíritu luchadores, que aunque no tenga fuerzas para caminar, tiene alas para volar y afecto para brindar sin hacer diferencias ( hacer el bien sin mirar a quién), que brinda sonrisas por doquier, que irradia luz, que rompe con la rutina para darle su toque a cada día, que ultimamente no sale de mi cabeza.
FUERZAS