domingo, 2 de agosto de 2009

Te siento respirar lejos de tu lugar.
Hoy tuve un sueño con vos.
¡Qué locos éramos los dos
en los buenos tiempos!

Vos deseabas salir de tu eterno jardín,
yo de mi tonto fulgor.
Cuando encontramos era el fin
y la vida el motor.

La línea blanca se terminó,
no hay señales en tus ojos
y estoy llorando en el espejo
y no puedo ver.

A un hábil jugador, trascendental actor
en busca de aquel papel
que justifique con la acción
toda fantasía.

Que toca el saxofón,
mientras su inspiración
baila tu forma de ser
que desintegra con un blues
esta oscura prisión.

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