La hija del fletero, linda infinita
volvió a Madrid, donde parece que es feliz
ese día me mando al descenso
recuerdo como su mirada me volteó.
Pero dos que se quieren, se dicen cualquier cosa
Ay ! si pudieras recordar sin rencor.
En mi buzón hay un par de cartas suyas
fueron juntandose y no tengo el valor...
Todavía su amor me descargas
(nunca tuvo higo seco junto a mi)
Pero a los ciegos no les gustan los sordos
y un corazón no se endurece porque sí.
No calentás la misma cama por dos noches.
me reclamaba y no la quise oír
hice de todo por impresionarla
y dejé huérfano todo su penar.
Pero dos que se quieren, se dicen cualquier cosa
No me gustó como nos despedimos
daban sus labios rocío y no bebí.
Sopa de almejas es todo lo que como
(Siempre fui menos que mi reputación)
lunes, 20 de julio de 2009
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